Naia en cualquier sitio queda bien. Arropada entre los peluches de la cama de su hermana estaba muy graciosa. Papá oso gigante parecía su protector. Le miraba desde arriba a Naia y ella parecía dejarse querer. Las muñecas de June la respaldaban y la manta verde fluorescente la momificaba.
No podía estar mejor cuidada Naia. Entre osos y muñecas pasaba la tarde con otro color.
27/05/2013
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