Durante el embarazo de Naia, June reclamaba todo lo que podía a su madre. Tener que reposar en la cama no era una buena medicina para una niña movida. Un día, Ana se animó y salió a nuestro parque de juegos y ayudó a columpiarse a June. Ella era la más feliz del mundo.
Daba gusto verlas, riéndose con las cosas pequeñas y haciendo de un momento efímero un precioso recuerdo:
16/03/2013
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