(Nota: os contaré esto en tono muy bajito. Si no lo podéis leer bien, me lo decís que lo repito para el que no pueda oírlo). Aquel día, como en la mayoría, cuando June llegaba de la guardería a casa venía dormida en el coche. Sus abuelos la traían y la llevaban en su coche, con una abuelo que no se sabía muy bien el camino y una abuela que hacía de copiloto. Dejábamos a June con cuidado sobre el sofá, bien tapadita, y después de comer su abuelo Pedro se sumaba a las labores de concentración.
Los dos dormidos felices. Una con los brazos hacia arriba, el otro con la mano en la frente para que no se le escapen las ideas. Una tapada, el otro también. Una siendo niña, el otro también. Y ahora guardemos silencio y dejémosles dormir con tranquilidad, que se lo merecen.
Dedicada a Pedro Hipólito que se que le encanta cuando le saco dormido junto a su nieta.
04/03/2013
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