Aprovechamos que era festivo para salir todos a dar una vuelta y llevar a June a tomar un poco el aire, aire formado en viento que golpeaba nuestra ciudad en esos días y nos obligaba a visitar un centro comercial como medida de protección climatológica. Nos dirigimos a Puerto Venecia con June perfectamente maqueada, con su gorro y bolsito nuevo, y en compañía de su madre y abuela.
Entramos por el Corte Inglés y tomamos el ascensor. June se agarraba a la barra con una formalidad impropia en ella. Curiosamente cuando salimos y tomé la foto anterior los de seguridad me llamaron la atención por hacer la foto a las tres generaciones de mujeres que me acompañaban. Muy poco tacto en el celo de una marca que no aparece por ningún lado.
Después de dar un paseo nos fuimos a tomar algo a los 100 montaditos, mientras yo pedía June se lo pasó pipa con el bolígrafo y las servilletas. Su abuela le permitió coger unas al principio, pero luego June se tomó la libertad por su cuenta y hubo que llamarla al orden.
Por suerte cuando llegó la comida la guarnición de patatas compensó su hambre y su ansia. Le quitaría las ganas de comer, pero cualquiera se lo impide. June por las patatas, ¡ma-ta!
07/04/2013
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